Un estudio recientemente publicado analiza la capacidad muscular de pacientes que habían permanecido internados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de dos centros de salud.
Un estudio recientemente publicado analiza la capacidad muscular de pacientes que habían permanecido internados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de dos centros de salud. Todos ellos habían recibido ventilación mecánica y ya habían sido extubados. De acuerdo con el reporte, más de la mitad de los pacientes analizados (69%) experimentaba debilidad muscular en las piernas y los brazos. En tanto, un 26%, en los músculos respiratorios y de las extremidades superiores e inferiores.
Por otro lado, el 44% de los pacientes con debilidad en las extremidades no pudo caminar 100 metros a 30 días después de ser extubados.
En ambos centros de salud se midió la fuerza de los músculos respiratorios y de las extremidades (brazos y piernas) de los pacientes en el momento de la extubación. Para ello, el/la paciente debía poder estar lo suficientemente alerta y cooperar para responder a las instrucciones dadas por los fisioterapeutas.
Se realizaron tres mediciones de la presión inspiratoria máxima (PIM) y se utilizó el mejor resultado en el análisis. La debilidad respiratoria se definió como una PIM≤30 cm H2O.
La fuerza de los músculos de los brazos y las piernas se evaluó mediante la escala MRC, con la debilidad definida como una puntuación ≤48/60.
Por otra parte, el estado funcional de los pacientes se evaluó a partir de un criterio llamado escala de movilidad de la UCI (IMS por sus siglas en inglés).
En el estudio, se incluyeron pacientes con COVID-19 que estuvieron intubados durante, al menos, 24 horas y fueron hospitalizados entre el 16 de marzo y el 15 de mayo de 2020.
Los pacientes autoevaluaron su capacidad para caminar 30 días después de dejar de percibir la ventilación mecánica.
En las dos instituciones analizadas, los pacientes que formaron parte de la muestra recibieron fisioterapia. En el centro 1, se inició la rehabilitación cuando cesó la administración de bloqueadores neuromusculares. Si el paciente no podía responder a órdenes simples, se realizó estimulación eléctrica del músculo cuádriceps. En el centro 2, en cambio, la rehabilitación comenzó con movilización pasiva cuando el paciente aún estaba bajo bloqueadores neuromusculares.
En ambos centros, la movilización activa comenzó una vez que el paciente pudo seguir las órdenes del fisioterapeuta. Se solicitó a cada paciente que se sentara sobre el borde de la cama cuando su condición hemodinámica era estable.
De esta forma, los pacientes recibieron distintos tratamientos fisioterapéuticos como rango de movimiento pasivo, fortalecimiento en la cama, estimulación eléctrica neuromuscular (NMES por sus siglas en inglés), entrenamiento de los músculos inspiratorios y verticalización fuera de la cama.
Sin embargo, estas sesiones de fisioterapia no redundaron en una mayor fuerza muscular por parte de los pacientes tras ser desprendidos del respirador.
Así, el análisis de regresión múltiple mostró que la debilidad muscular se asoció únicamente con el número de días bajo ventilación automática (p=0,005).
Los pacientes con debilidad muscular (pulmonar y de las extremidades) tenían las puntuaciones de la escala de movilidad de la UCI más bajas (4,3±1,5 frente a 8±0,6; p<0,001).
Los pacientes del grupo con debilidad de las extremidades pudieron ponerse de pie, mientras que los pacientes del grupo sin debilidad pudieron caminar hasta 5 metros de la cama/silla, asistidos por 1 persona.
De los pacientes con debilidad muscular de las extremidades (n=16), 7 no pudieron caminar 100 metros, 30 días después de la extubación. Pero, 6 de ellos pudieron caminar distancias más cortas. Por su parte, los pacientes que no tenían debilidad muscular en las extremidades pudieron caminar 100 metros o más.
De lo analizado se desprende que la gran mayoría de los sobrevivientes de la COVID-19 que estuvieron internados en la UCI desarrollaron debilidad muscular de las extremidades. El 44% de ellos presentaba sus funciones motrices gravemente limitadas tras dejar de recibir ventilación mecánica.
Pocas investigaciones han evaluado la fuerza muscular en pacientes con COVID-19 internados en la UCI. Por eso, el objetivo del estudio fue informar la incidencia de la debilidad de los músculos respiratorios y de las extremidades superiores e inferiores en los sobrevivientes a la COVID-19 internados en la UCI.
vacunasaep.org Reuters Agencia Anadolu
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