Investigadores hallaron una relación entre la falta de proteínas en la dieta de la madre infectada con el impacto de la enfermedad en el feto
Un equipo multidisciplinario de científicos de Argentina, Brasil, Inglaterra y Estados Unidos estudió los factores de riesgo relacionados con la gravedad de los síntomas del Zika por transmisión materna.
En sus estudios, determinaron que la nutrición de la madre juega un rol fundamental, en función de una revisión de bases de datos epidemiológicos y experimentales.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista especializada Science Advances. En ella,se precisa que una dieta baja en proteínas durante la gestación en casos de madres infestadas puede generar el agravamiento de los síntomas del zika en sus bebés.
En un comunicado de prensa del CONICET, la investigadora y primer autora del estudio Jimena Barbeito, plantea: “la pregunta básica del trabajo es por qué en algunas regiones la infección con el virus de Zika durante el embarazo produce malformaciones y en otras la prevalencia baja abruptamente; cuál es la explicación de esta distribución asimétrica de casos”.
Metodología
“Como punto de partida, tomamos los mapas de distribución de los casos de microcefalia registrados durante las epidemias de Zika en territorio brasileño, y lo primero que aparece es que la mayor cantidad se dio en el nordeste, precisamente en las zonas más vulnerables desde el punto de vista económico y social”, detalla Babeito.
Fue así como les “pareció relevante indagar sobre qué relación tiene el status nutricional con la posibilidad de que el sistema inmune materno pueda montar una respuesta robusta ante la infección y prevenir o no las consecuencias negativas en el desarrollo”,según cuenta la autora en el portal del CONICET.
Entonces, realizaron un análisis de los bancos de datos epidemiológicos oficiales del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) para cotejar los casos de microcefalia y malnutrición, y realizaron entrevistas a las madres para conocer cómo eran sus hábitos alimenticios.
Lo que encontraron en el estudio fue que las pacientes que vivían en zonas con mayor prevalencia de malnutrición también eran las más expuestas a que sus hijos desarrollaran con mayor fuerza los síntomas del zika.
“La tendencia que vimos fue que eran dietas realmente bajas en proteínas, que en general son de los componentes más caros dentro de la alimentación”, destaca la autora.
Estos resultados fueron comprobados en un estudio experimental con roedores. En sus experimentos, notaron que las madres que recibían una dieta acorde con sus requerimientos tenían más facilidad para eliminar el virus de sus organismos.
La condición de las placentas también era distintas. En las ratonas infectadas que no consumían proteínas durante la gestación, las placentas presentaban múltiples lesiones e incluso necrocidades.
En el caso de los fetos, se notó “alteraciones en el peso y tamaño corporal, y encontramos un gran compromiso en el desarrollo cerebral, especialmente en el de la corteza”.
Según declaró la autora al Conicet, “en general, en el grupo de baja proteína e infección con Zika encontramos menos expresados, es decir subregulados algunos genes implicados en el desarrollo del sistema nervioso central”.
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'-Agencia EFE
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