En México, poco más de la mitad de los hogares padecen algún tipo de inseguridad alimentaria, según indican datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018.
El estudio estadístico ubicó a 55.5% de los hogares encuestados en situación de inseguridad alimentaria: 32.9% en la categoría de inseguridad leve y 22.6% en el rango de inseguridad moderada y severa. Con seguridad alimentaria, se ubicó 44.5% de los hogares mexicanos.
En el caso de los hogares rurales, 69.1% fueron clasificados en algún nivel de inseguridad alimentaria.
La misma encuesta reportó que existen 881,752 niños con desnutrición crónica en el país, la cual, en zonas urbanas es de 7.7% y en zonas rurales de 11.2%. También se identificó que 1 de cada 4 niños indígenas padece desnutrición crónica.
En el período de 2012 a 2018, la lactancia materna exclusiva en el ámbito urbano aumentó de 14.4% a 28.6%, mientras que en el medio rural el incremento fue de 36.9% a 37.4%.
De acuerdo con la Medición de Pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en 2016 la carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad alcanzó a 26.5 millones de mexicanos. Para 2018, la cifra se incrementó a 27.5 millones, y en el último registro, efectuado en 2020, llegó a 28.6 millones de personas.
Por ello, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió a México sobre que, de no hacer frente al potencial crecimiento de la vulnerabilidad alimentaria su impacto negativo sobre el bienestar, salud y nutrición, dejará marca en el futuro de las familias.
En México, 38% de los niños de 12 a 24 meses padecen anemia y 36% de los menores en edad escolar sufren sobrepeso y obesidad, por ello es la nación con mayor obesidad infantil a nivel mundial, según datos de la ONU, y ocupa el segundo lugar en obesidad adulta.
En entrevista para el diario El Economista, Paulina Magaña, coordinadora de la Campaña de Salud Alimentaria de la asociación civil El Poder del Consumidor, afirmó que “en territorio mexicano existe un ambiente obesogénico, el cual se refleja en la oferta de la comida: los alimentos ultraprocesados se encuentran en varios puntos de venta; por el contrario, conseguir alimentos saludables requiere un recorrido de mayores distancias”.
Para la especialista, “la crisis alimentaria se evidencia cuando en un lugar o en un país hay un ambiente obesogénico”. En este sentido, recordó que en 2016, el Centro Nacional para la Prevención y Control de Enfermedades emitió una alerta epidemiológica por la mala alimentación de los mexicanos.
Asimismo, advirtió sobre las grandes cantidades de azúcares, grasas saturadas, calorías y sodio que tienen productos ultraprocesados, por ello, “representan un riesgo para la salud cuando se consumen en exceso”, advirtió Paulina Magaña y recordó que “son los más disponibles, de bajo costo y con mucha publicidad”. En cambio, “la opción natural es más económica, sin embargo, yo no puedo comprar papas naturales en la esquina de mi casa, pero sí hay al alcance una tienda en donde puedo acceder a una bolsa de papas fritas”.
https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/ensanut/2018/doc/ensanut_2018_presentacion_resultados.pdf
https://alianzasalud.org.mx/2022/05/mexico-en-camino-a-una-crisis-alimentaria/
https://www.eleconomista.com.mx/politica/Inseguridad-alimentaria-4.8-millones-de-mexicanos-no-han-comido-hoy-la-mayoria-son-mujeres-y-ninos-20220709-0017.html
https://elpoderdelconsumidor.org/
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