Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en los países de ingresos bajos y medios, hasta un 85% de las personas con problemas graves de salud mental no recibe tratamiento.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los países de ingresos bajos y medios, entre un 76% y un 85% de las personas con problemas graves de salud mental no recibe tratamiento.
Mientras que, en los países de ingresos elevados, la cifra oscila entre un 35% y un 50%.
Por eso, resulta indispensable que todo profesional médico de atención primaria pueda reconocer indicios de estas patologías en los pacientes. El fin sería incrementar y acelerar las posibilidades de tratamiento.
El médico psiquiatra Leónidas Chertcoff explica que los síndromes mentales más frecuentes en los distintos países de Latinoamérica, son los trastornos de ansiedad, del humor y del consumo de sustancias.
“Incluso antes de la pandemia de COVID-19, estos trastornos mentales ya eran causas importantes de años viviendo con discapacidad (YLD, por sus siglas en inglés), años de vida ajustados por la discapacidad (DALY), y años de vida perdidos (YLL)”, explica el especialista.
En diálogo con Océano Medicina Magazine, el doctor Chertcoff brinda sugerencias para que los agentes de salud puedan detectar estos problemas.
También, se refiere a la necesidad de deconstruir ciertos estigmas en relación con las patologías mentales que muchas veces interfieren y obstaculizan el acto médico.
Por otro lado, explica cómo la pandemia de COVID-19 ha repercutido en la salud mental de los agentes de salud y qué acciones pueden sostener para preservarla.
-En un principio, todos los médicos en la formación de grado han tenido materias relacionadas con la Salud Mental. En dicha formación se tiene una aproximación a una gran diversidad de síndromes psiquiátricos. El médico de atención primaria no especialista en salud mental, debe estar preparado, a mi entender, para pesquisar los problemas más frecuentes de salud mental.
Por eso, es muy importante capacitar a los profesionales en medicina general y de asistencia primaria en la detección temprana de este tipo de trastornos.
–Cuando el médico percibe algún indicio de patología mental (depresión, ansiedad, psicosis, etcétera) en el examen semiológico, recomiendo derivar al especialista en salud mental sin demora. Con la pronta derivación se evitan, naturalmente, las demoras en el acceso al tratamiento adecuado. Estadísticamente, en algunos trastornos de ansiedad, se demora incluso décadas el acceso a un tratamiento especializado.
-Este es un punto trascendental, porque el proceso de estigmatización de los enfermos mentales va de la mano con la exclusión desde tiempos inmemoriales. El estigma es un atributo profundamente desacreditador y, en la práctica, estos fenómenos hacen que las personas con algún trastorno mental oculten con frecuencia los síntomas, no busquen ayuda profesional, rechacen el diagnóstico clínico o directamente incumplan el tratamiento.
-La manera correcta de deconstruir el estigma, entendido como prejuicio, es con información y conocimiento.
En el caso del médico no especialista en salud mental es fundamental la educación médica continua.
Ahora bien, la pregunta es ¿por qué un médico general debería capacitarse en la detección temprana de trastornos mentales?
La respuesta es que, estadísticamente, 1 de cada 4 personas en todo el mundo (con muy pequeñas variaciones entre culturas y estratos socioeconómicos), va a padecer algún trastorno mental a lo largo de su vida.
Los números son elocuentes y, también, debemos saber que casi el 50% de los pacientes no recibe ningún tratamiento o bien no reciben el adecuado.
Por eso, derribar la barrera del estigma a través de la capacitación se materializa en un acceso a tiempo a los servicios de salud mental.
-Por diferentes publicaciones que se sucedieron desde el comienzo de la pandemia, sabemos que las condiciones laborales tienen el potencial de afectar negativamente la salud mental de los agentes de salud (con mayor prevalencia del personal de cuidados intensivos). La evidencia muestra valores muy elevados de angustia, como también de cuadros más complejos como depresión, síndrome de burnout y trastorno de estrés postraumático (TEPT).
-Para preservar la salud mental de los agentes de salud es necesario ayudarlos a reconocer el malestar psicofísico que genera trabajar al límite de sus capacidades. Es necesario hacer psicoeducación, por ejemplo, para saber que es fundamental que puedan contar con el tiempo y el lugar de descanso adecuado, fortalecer los vínculos, propiciar los espacios de discusión entre el personal y la alimentación conveniente, entre otras recomendaciones.
Ante la identificación del malestar y la sensación de desborde, la condición que se hace indispensable es poder contar con asistencia psicológica.
-Los problemas de ansiedad, estrés, alteraciones anímicas o los trastornos del sueño son solo algunas de las patologías que ha sufrido el colectivo médico durante la pandemia de COVID-19, debido a la gran presión asistencial y al trabajo en condiciones límites.
Actualmente, muchos colegios médicos e Instituciones de salud han puesto a disposición plataformas de teleasistencia psicológica donde se orienta y atiende al personal de salud.
La telemedicina es muy efectiva, ya está demostrado en todo el mundo. De ese modo, se pueden evaluar los síntomas y, con el seguimiento, ese espacio se convierte en un desahogo, donde la persona puede describir y poner en palabras lo que siente.
Para acceder al contenido del doctor Chertcoff en Instagram: @psiquiatraonline.drchertcoff
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