El Dr. Santiago Kweitel, médico pediatra y deportólogo, detalla las implicaciones de la actividad física en niños y adolescentes para la salud.
El Dr. Santiago Kweitel, médico pediatra y deportólogo, comenta en esta entrevista con Océano Medicina cuál es el campo de acción en la salud de la deportología pediátrica y los motivos de consulta más comunes. También realiza algunas recomendaciones para la atención primaria de niños y adolescentes que practiquen deportes de alto rendimiento.
¿Qué es la deportología pediátrica?
La medicina deportiva infanto-juvenil está dirigida básicamente a la práctica deportiva segura. Tiene que ver con la planificación de las actividades y su control para desarrollar todos los beneficios que produce la actividad física incluyendo también lo psicológico y los social, y que nada esto no genere un perjuicio para la salud de los chicos al realizar actividades que no están recomendadas para determinada edad o grado de desarrollo. Y por otro lado, respecto al deporte de competencia, se busca saber qué hacer desde el entrenamiento, la nutrición y la hidratación para obtener la mejor performance deportiva posible. El aérea de acción del deportólogo es la población pediátrica: deportistas recreativos, de mediano rendimiento y alto rendimiento.
¿Cómo es la formación del deportólogo pediátrico?
En Argentina, para estudiar medicina haces un ciclo básico de un año y, posteriormente, seis años de universidad. Después, hay diferentes formas de llegar a la medicina deportiva. La que recomendamos es: primero hacer una formación en pediatría (la residencia para certificar la especialidad dura cuatro años), y después hacer un curso, una carrera de especialista de postgrado, que dura dos años. Entonces, son siete años de universidad, cuatro años de residencia en pediatría, más dos años de la carrera de especialista en medicina del deporte.
¿Es el pediatra el que deriva al niño al deportólogo o puede hacerlo un padre por su cuenta? ¿Cuáles serían las razones para derivar a un niño al deportólogo?
En general, hay poca cultura de derivación del pediatra al deportólogo. Creo que se debe al desconocimiento de la especialidad, y por otro lado, porque algunas veces se minimizan los potenciales efectos nocivos que puede tener una actividad deportiva no supervisada. Por ejemplo, en la gimnasia rítmica, las chicas empiezan desde muy pequeñas a hacer entrenamientos de tres o cuatro horas diarias, seis veces por semana. La derivación al deportólogo infanto-juvenil, en general, llega a partir de pediatras, fundamentalmente de entrenadores y preparadores físicos, y en ciertos casos de cardiólogos infanto-juveniles.
A mí me pasa mucho, que los padres me contactan luego de ‘googlear’ la especialidad.
¿Cuál es el problema músculo-esquelético más común en su consulta?
Las afecciones más comunes son las que tienen que ver con las lesiones por sobreuso, que son variadas y dependen de cada parte del cuerpo y el deporte que haga cada chico. Porque no es lo mismo jugar al fútbol que ser tenista o, como hice mención antes, hacer gimnasia deportiva o rítmica.
En general, estas lesiones por sobreuso están vinculadas y siempre hay algo que las favorecen: puede ser una mala técnica deportiva, un entrenamiento mal planificado que no esté acorde a las posibilidades del niño o de la niña, errores en la utilización de materiales, como puede ser darle una raqueta muy pesada para un chico, o un calzado inadecuado. Y, por otro lado, lo relacionado con la alimentación también puede perjudicar esqueletos que no están preparados para recibir la carga deportiva que están realizando.
En ese sentido, ¿cuándo el deportólogo debe derivar al niño a otro especialista?
El deportólogo está facultado para manejar todo lo relacionado a lesiones en partes blandas (músculos, tendones) y algunas lesiones por sobreuso muy frecuente, como la inflamación en la rodilla -enfermedad de Osgood-Schlatter-. Cuando hay una lesión ósea, el que tiene que ver esta patología es el traumatólogo infantil. Esto en cuanto a lesiones. Si el deportólogo pesquisa alguna afección cardiológica, el que tratará al niño o niña posteriori será el cardiólogo infanto-juvenil.
¿Existe en la infancia una edad ideal y una edad no recomendada para la actividad física de alto rendimiento?
Con esto tengo una cuestión filosófica: llamar deporte de alto rendimiento a un niño de 8 o 9 años para mí es casi una aberración, porque un chico a esa edad básicamente tiene que jugar. Y si salimos de la cuestión lúdica, la formación más importante ahí tiene que ver con el aprendizaje técnico en el deporte. Hay deportes que te dan la opción de hacer un desarrollo en proceso. Siempre que hablo con los padres y chicos, les explico que en el deporte infanto-juvenil, uno tiene que tener objetivos a corto, mediano y largo plazo. Y cuando hablamos de alto rendimiento, el “largo plazo” es el momento en el que ese deporte exigirá la mejor preparación, que será en 10, 15 o 20 años, y hay que llegar de la mejor forma posible. Entonces, no hay que tener el revés de (Roger) Federer a los 8 años sino aprender los rudimentos básicos.
Ahora, en ciertos deportes, y pasa mucho en las niñas de gimnasia artística y aeróbica, los tiempos son diferentes porque el alto rendimiento ocurre más temprano. Las gimnastas de 15 a 18 años ya son deportistas olímpicas. Entonces, hay que ver si el cuerpo de estas chicas están preparados para recibir toda esa carga de entrenamiento.
En resumen, sí, hay algunos deportes que debido a la actividad en sí misma empiezan antes. Lo que tenemos que desarrollar, básicamente, es todo lo relacionado con el aprendizaje motor y la técnica, porque no conviene tener a un jugador de fútbol que patee muy bien, pero que no sepa correr.
¿Cuál es el papel del calzado deportivo como generador de lesiones y cómo puede afectar el rendimiento del niño o la niña?
El calzado es muy importante. En algunas disciplinas deportivas, el calzado evita las lesiones y, en otras, las favorece. En la gimnasia rítmica o artística no hay calzado, entonces no hay una superficie que amortigüe el impacto. En el fútbol, en futsal o baby fútbol, se juegan con botines que no están diseñados para recibir el impacto, y estos se convierten en generadores de lesiones.
Tenemos que pensar que los chicos son organismos en crecimiento. Sus cartílagos de crecimiento no están cerrados aún porque, si no, el chico no puede crecer. Si reciben constantemente impactos, se van a producir microtraumatismos que pueden favorecer las lesiones por sobre uso y la inflación de los cartílagos de crecimiento.
¿Cuáles son las indicaciones para los ejercicios de niños con diabetes?
Son las mismas que de la población general. Realmente en ese caso lo importante es el control estricto de la glucemia: tiene que tener muy buen monitoreo y el supervisor del entrenamiento tienen que saber qué ocurre con cada chico, porque es un asunto individual y no se puede hacer una receta misma para todos. Uno tiene que saber cómo se comporta este chico ante la práctica deportiva, de acuerdo a la intensidad del ejercicio que haga. Cuando pasa algo inesperado, se debe saber cómo manejarse y eso lo tiene que dominar no solamente sus padres y sus cuidadores, sino también el profesor y todo aquel que esté en el ámbito donde desarrolla la actividad.
¿Qué se toma en cuenta para realizar certificados de aptitud física en niños y niñas?
Todos los chicos tienen que tener una evaluación pediátrica para la práctica deportiva. En EE.UU., la mayoría de las sociedades recomiendan un buen interrogatorio de los antecedentes familiares y personales del chico, y un muy buen examen físico. A esto, las sociedades europeas le suman una evaluación cardiológica en la primaria y otra en la secundaria, para determinar si los chicos están haciendo deporte en forma segura.
El examen del pediatra debe ser minucioso, porque no es solamente ver que no tenga asma o problemas cardiológicos o renales, sino ver también la estructura del chico, que no tenga asimetría en los miembros, desviaciones en la columna que favorezcan la aparición de lesiones, y por otro lado, darle todas la herramientas para saber cómo alimentarse si hace deporte, cómo hidratarse, cómo prevenir lesiones, cómo cuidarse del sol, qué tipo de ejercicios puede realizar a cada edad.
Dr. Santiago Kweitel
Médico Pediatra y Deportólogo.
Médico por la Universidad de Buenos Aires. Diploma de honor.
Residencia en pediatría, Hospital Rivadavia.
Especialista en Medicina del Deporte por la Universidad de Buenos Aires, cursando la carrera en el CENARD, bajo la dirección del Dr. Néstor Lentini.
Certificado el nivel II de ISAK como antropometrista.
Formación en Nutrición Deportiva con el Lic. Francis Holway.
Trabaja con deportes de alto rendimiento: en fútbol (Divisiones Inferiores del Club Atlético Banfield, y como médico del plantel superior de clubes del ascenso), Voley (Club de Amigos), rugby y boxeo.
Deportólogo Pediatra de Club de Amigos, supervisando las actividades deportivas de dicha institución durante 3 años.
Actualmente dicta cursos de Deportología Infanto-Juvenil para profesionales de las Ciencias del Deporte y para Padres.
Director de Deportología Pediátrica: www.deportologiapediatrica.com, la web más importante de Latinoamérica sobre Medicina Deportiva Pediátrica.
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